Habla nº 16

En esta semana he recibido un paquete con el Habla nº 16, de la colección de alta costura de la bodega anteriormente referenciada (Gracias, Antonio). Ayer, después de una extrema, dura y abstraída agenda laboral, a la caída del día decidí darme un homenaje degustando el tinto crianza, proveniente de esa zona geográfica también extrema y dura: Extremadura (España).

Si bien a la vista el típico cárdeno de la syrah y en nariz amalgama de frutas con final tostado. En el paladar, sentí la imaginable tela de seda india tejida por los nobles taninos que conforman el caldo (Sí, Vanessa, ya sé que algunos “expertos” opinan que no es correcto describir al “vino” como “caldo”). En resumen, más que impresionarme, me hizo feliz y recuperé la armonía interior.

En cuanto a la institución vitivinícola que lo elabora, ubicada en Trujillo (Cáceres), se lee en su página web que la bodega “vanguardista” se ubica en una finca “trujillana” en la que los griegos cultivaron en la antigüedad. Este texto está especialmente dedicado a Vanessa y a Antonio, parte del cual se ha editado también en el Sitio de Manuel, bajo el título “Recuperando la armonía interior”. Fuente de las imágenes: elaboración propia.