Hace unas semanas, el antólogo e historiador del extenso y profundo mundo de los vinos y las pasas, Manuel Martínez Molina, me remitió el número 29 de “El Avisador Malagueño”, revista histórico cultural, de la Academia Malagueña de las Artes y las Letras, Santa María de la Victoria, donde escribe sobre la historia del aguardiente de Ojén (páginas 17 y 18). Me sucede con Manuel como con mi extinto tío Rafael, que se me pueden pasar las horas escuchándolo y aprendiendo de su saber. Lo he conocido recientemente, con motivo de la exposición permanente de una nutrida colección de etiquetas, carteles y otros objetos relacionados con el vino de Málaga, repertorio considerado de valor histórico cultural, que se exhibe, desde el pasado tres de julio, en el Museo y Centro de Interpretación del Vino de Málaga (España), construido en la Plaza de los Viñeros (antes Plaza de las Biedmas), en Málaga capital. No obstante, con anterioridad, he leído artículos suyos en distintas publicaciones culturales, como puede ser la revista de la Diputación Provincial de Málaga, jábega. Asimismo, de la década de los noventa del siglo pasado, me suenan exposiciones promovidas por el ayuntamiento y otras instituciones. Su libro insignia es Antiguas Estampas Del Vino De Málaga (1860-1960). Gracias, Manuel, por tu detalle y por tu tiempo (foto de Manuel; fuente: Elavisador).