Este fin de semana estuvimos almorzando en el mesón restaurante Los Pérez, a base de unas interesantes entradas y carnes rojas de plato fuerte. En la bebida, me dejé aconsejar por mis anfitriones. Se eligieron tintos de la bodega Enate. Observé que en la carta de vinos no estaban los caldos de Málaga (España). Ya en plena faena culinaria, me enseñaron la etiqueta de la botella y me explicaron la apuesta de la firma por el arte contemporáneo. El delicioso líquido, que maridaba excepcionalmente con los finos trozos de buey a la piedra, sirvió de excusa a mis contertulios para adentrarme en el mundo del Vino y Arte. Iluso de mí, pensaba que pintores y etiquetas era una idea original reciente. No más lejos de la realidad. Enate, con su proyecto EnArte, donde han colaborado renombrados pintores, se une a una costumbre que ya se pierde en el tiempo. Por ejemplo, relaciona Javier González, en su post Etiquetas artísticas, de su blog Catavinos, sesenta pintores que tienen un mismo denominador común: han diseñado etiquetas para las bodegas Château Mouton-Rothschild, siendo el propio barón Philippe de Rothschild quien inició esta “tradición” en el año 1945, para “celebrar” la victoria de los Aliados, tras la IIª Guerra Mundial. Después de la clase de historia, arte y vino, un poco menos inculto debería ser (Imagen de la etiqueta de un Château Mouton Rothschild 1973, pintada por Pablo Picasso; fuente: Wikipedia).