Fuente de la imagen: mvc archivo propio |
En un primer momento, destacan las notas frutales de cítricos y pera, que nos recuerdan a un huerto mediterráneo en plena floración. Con la agitación de la copa, aparecen aromas florales más sutiles, como la flor blanca, y una ligera nota de miel que aporta un toque de dulzura. En boca es una sinfonía de sensaciones. Su entrada es suave y fresca, con una acidez equilibrada que realza la fruta y aporta vivacidad. El paso por boca es largo y persistente, dejando un recuerdo a la variedad Moscatel y un ligero amargor que aporta complejidad. El retrogusto está marcado por los aromas percibidos en nariz, lo que nos invita a tomar otro sorbo.