Después de unos boquerones fritos, canónigos con tomate picado y gambas cocidas, junto con una copa de vino Montespejo, tengo en mis manos un libreto de Javier La Beira “Canto a la Proeza”, mientras suena la canción Sailing To Philadelphia de Mark Knopfler y fluyen en mi mente imágenes y sensaciones a borbotones ¿Dónde estás amado lugar de la campiña antequerana? Como una púrpura de extraña herádica, Mollina alumbra una de las señales de lo andaluz (Rafael Pérez Estrada). Qué buenos productos tiene ese pueblo y qué vacío le hacen las fuerzas ocultas del interés.
Dice el poeta La Beira: La vida es breve, pero la historia larga. Quiero hablaros de vino, no sin antes advertir que no soy un entendido en esta materia, en todo caso un “advenedizo” pero estoy en mi blog y me permitiré hoy esta licencia. Y es que en el periodo 2002-2004 tuve la suerte de convivir profesionalmente en una empresa de Mollina ¿o sería muy presuntuoso decir que estuve coexistiendo con el pueblo de Mollina? Como una isla rodeada de tierra, trigales y oleaje de viñas (Antonio Soler).
Digamos que colaboré con otros profesionales en la reestructuración empresarial, pasar del concepto “cooperativa” al concepto “empresa cooperativa” (cuando vayáis a Mollina preguntar por Manolo, el que fue gerente). Aprovecho para agradecer el apoyo activo que recibí de entidades como Hojiblanca (Gracias Pepe, gracias Antonio, gracias equipo técnico) la Dirección General de Agricultura y Pesca, el Ayuntamiento y, fundamentalmente, a la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía (Gracias Paulino, gracias Cayetano, gracias equipo técnico) y la Consejería de Salud, entre otras.
Al inicio de mi trabajo algún grupo de pensamiento del pueblo dijo: ¡No!, si parece buen chico, pero es de Ronda y el gerente que organice todo este desaguisado debería ser de Mollina. Los resultados están ahí. Probablemente se tendrá espacio en este blog para contar, más adelante, algunas de las numerosas, profundas y sensibles experiencias organizativas que viví y que se pueden relatar, por si os aporta algo a la realidad profesional y personal de cada uno de vosotros. En un rincón especial de mi casa hay una barrica de dos arrobas, construida con una madera especial, que guarda un vino especial y con un escudo y una frase especial labrada, regalo del, en su momento, Presidente de la empresa (gracias Paco), por lo que hoy toca hablar del vino.
Dice el poeta La Beira: La vida es breve, pero la historia larga. Quiero hablaros de vino, no sin antes advertir que no soy un entendido en esta materia, en todo caso un “advenedizo” pero estoy en mi blog y me permitiré hoy esta licencia. Y es que en el periodo 2002-2004 tuve la suerte de convivir profesionalmente en una empresa de Mollina ¿o sería muy presuntuoso decir que estuve coexistiendo con el pueblo de Mollina? Como una isla rodeada de tierra, trigales y oleaje de viñas (Antonio Soler).
Digamos que colaboré con otros profesionales en la reestructuración empresarial, pasar del concepto “cooperativa” al concepto “empresa cooperativa” (cuando vayáis a Mollina preguntar por Manolo, el que fue gerente). Aprovecho para agradecer el apoyo activo que recibí de entidades como Hojiblanca (Gracias Pepe, gracias Antonio, gracias equipo técnico) la Dirección General de Agricultura y Pesca, el Ayuntamiento y, fundamentalmente, a la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía (Gracias Paulino, gracias Cayetano, gracias equipo técnico) y la Consejería de Salud, entre otras.
Al inicio de mi trabajo algún grupo de pensamiento del pueblo dijo: ¡No!, si parece buen chico, pero es de Ronda y el gerente que organice todo este desaguisado debería ser de Mollina. Los resultados están ahí. Probablemente se tendrá espacio en este blog para contar, más adelante, algunas de las numerosas, profundas y sensibles experiencias organizativas que viví y que se pueden relatar, por si os aporta algo a la realidad profesional y personal de cada uno de vosotros. En un rincón especial de mi casa hay una barrica de dos arrobas, construida con una madera especial, que guarda un vino especial y con un escudo y una frase especial labrada, regalo del, en su momento, Presidente de la empresa (gracias Paco), por lo que hoy toca hablar del vino.
Antonio Gala lo expresó deliciosamente en el pregón de la Feria del Vino de Mollina del año 1990: Vuestro vino es estimulante, generoso, perfumado, dulce y a veces seco. Es decir, como un beso. Oscila desde el color suave del topacio más claro hasta ese espeso color del ámbar más oscuro” Para Javier La Beira, Parece un sueño, y lo es. El sueño que tuvo un pueblo por escribir sus renglones vitales con tinta de uva... El cantor tenía razón: si el vino viene, viene la vida.
La Cooperativa (más de seiscientos socios) surge en la década de los setenta a raíz del esfuerzo y entusiasmo de los agricultores de Mollina. Dice José A. Muñoz Rojas: El corazón discurre sobre estos campos. Lo llevan los ojos, los oídos, el olfato. Se hace sentido. Actualmente cuenta con las siguientes secciones: Vitivinícola, Suministros, Almazara, Sección de Crédito, Aderezo, Tienda y la sociedad anónima comercializadora. Se ha consolidado como el mayor productor de uva de la denominación de origen "Málaga". Por otro lado, también forma parte del conjunto de cooperativas que hoy día componen el Grupo Hojiblanca, considerado actualmente el mayor distribuidor de aceite a nivel mundial.
Aprovecha el vino, Mollina, para escanciar con tu propia vida a los que se unen, en todos los sitios, contigo; a los que tienen tu mismo destino (Juan Torres López). Los caldos una vez elaborados, descansan en depósitos especialmente construidos para este propósito, donde el siempre acatarrado maestro de bodega realiza su tarea minuciosamente para obtener los vinos de excelente calidad, que caracteriza a la denominación de origen "Málaga" y "Sierras de Málaga". Agricola Virgen de la Oliva tiene una capacidad de almacenamiento de más de 5 millones de litros de vino. Para los vinos de crianza, la bodega cuenta con 504 barricas de roble americano donde envejecen los caldos que darán como resultado los vinos para los paladares más exigentes.
En tintos dispone del GADEA (¡Cuánto nos costó sacarlo al mercado, amigos!), elaborado con mosto procedente de uva Syrah. Vino rojo purpúreo intenso. Nariz grata, limpia con aromas de frutas rojas maduras y característico olor a violetas carnoso, con gran estructura, debido a sus taninos dulces y maduros, que le hacen sorprendentemente aterciopelado con agradable final de boca. Grado: 13,5%. Marida con entrantes y en las comidas, fundamentalmente, con carnes y quesos.
Finalmente, como postre, recomiendo la joya de la corona: EL CARPEDIEM TRASAÑEJO, vino dulce de más de 5 años de crianza. Elaborado con uvas sobremaduradas de la variedad Pedro Ximénez y Moscatel, de color negro con reflejos rojos y yodados. Resultado de su larguísima crianza en botas de roble. En nariz olor a frutas confitadas, en boca, sabroso, profundo y muy grueso con un final largo y suave. Grado: 15%. Ah, y para la feria el CARPEDIEM NATURAL.
El-tiempo nos pone a cada uno en el lugar que nos corresponde por nuestros actos y, en todo caso, algún día nos encontraremos cara a cara con nuestro CREADOR. ¡Ánimo! amigas y amigos de Mollina. Y gracias por la oportunidad que me brindasteis. Deseo haber estado a la altura profesional que os merecéis.
Y termino con estas frases de Juan Cobos Wilkins: "... se enamoraría de la yerba que crece entre las tejas, pero las tejas amarían la sombra del alféizar, el rastro de una mantis y la mantis el aire liberto entre la reja y la reja." Te dejo una foto con parte del equipo que me tocó coordinar durante esos años (post rectificado y actualizado a lo largo del periodo 2005-2011. Fuente del resto de las fotografías: Página web de la entidad).