Me vino ayer Antonio confiándome un vino, Borsao Campo de Borja. ¡Ja! Le dije. Conozco la firma vinícola antes que Robert Parker bendijera a uno de sus vinos como excelente tinto por su relación calidad precio (2011, creo) y antes incluso que apareciera en sitios como Mundo Vinos, con agraciadas puntaciones. También suelo recomendar y consumir el presente del amigo, siendo relativamente fácil encontrarlo hoy en cadenas de distribución. Lo bueno de todo es que a pesar de tantas puntuaciones (que aunque sean subjetivas, cuando "el río suena, agua lleva"), sus vinos siguen teniendo un precio realmente competitivo (dos euros y pico el de referencia).
El que invitó Antonio es un vino joven aragonés, producido por Bodegas Borsao (que, por cierto, no localizo la ficha de cata del vino en su página web ¿les dará vergüenza publicitarlo?), coupage de garnacha (60%), tempranillo (40%) y, juraría, un pelín de syrah (pero en la etiqueta no aparece esta variedad). Con un lustroso color cereza, en nariz ramillete de frutas rojas generosamente maduradas. Y ya en boca se nota un austero y sólido cuerpo dócil pero, a la vez, selecto, propio de la garnacha, con un sugestivo final frutal. Lo maridamos con tortilla de patatas española (Fuente de la imagen: elaboración propia).