Sorprendido estoy con las visitas a “Usucapio vinum” y “El renegado”, así que aprovecho para contarte la experiencia de ayer, promovida por Rafa, madrileño de adopción, pero oriundo de Granada (España). Después de saludar a los suyos en la capital del reino nazarí, se desplazó con su familia directa a la Costa del Sol y nos trajo Cortijo de Anagil, de Bodegas Villagrán.
Vino ecológico de la tierra altiplano de Sierra Nevada, a base de Tempranillo, Merlot y Cabernet-Sauvignon. Lo maridamos con un pollo con calabacín. Fragancias a ciruela, en el paladar es candente, tanínico y pelín áspero. Me gustó.
En cuanto al plato, olvídate de untado de conglomerado de especias, meter y sacar de la nevera, papel de alumnio, horno para arriba y para abajo, yogur batido, cremè fraîche y un largo etcétera de procesos.
Todo sencillo. Aceite de oliva virgen extra, dientes de ajo al gusto, un pollo troceado con sal también al gusto, tomillo, laurel, pelín de nuez noscada y pimienta. Cuando la carne está casi en su punto, se cubre con finos trozos de calabacín y en un plis plas ya está.
La foto de cabecera es de la botella que contiene el caldo. La instantánea de pié de post es del pollo, minutos antes de cubrirlo con los trozos de calabacín. Al vino lo voy a renombrar como “El granaino ecológico” (Fuente de las imágenes: elaboración propia).